Este artículo no es nuevo, pero tras varios días leyendo una proliferación de artículos, tuits y noticias sobre la apatía y la desgana de volver al trabajo, he pensado en la vigencia de esta reflexión. ¡Así que vamos!
... Espero que hayas disfrutado del verano, al menos, tanto como lo he hecho yo. Pasadas las vacaciones deberíamos sentirnos revitalizados, frescos, llenos de energía para afrontar la segunda mitad del año. Aún así, hay quien vive la vuelta al trabajo como un reto.
A lo largo de mi carrera he visto demasiadas personas que parecían sufrir la llamada depresión post-vacacional, una sensación de estrés que afecta en este periodo en particular. Esto ocurre porque volver a la vida diaria directamente desde el descanso, desde la ausencia de rutina, disfrutando de las siestas, durmiendo a deshoras, practicando deporte, etc. puede ser una fuente de total desajuste.
Hasta cierto punto, todos necesitamos un tiempo para pasar del chip de vacaciones al del trabajo.
Normal, un montón de expedientes esperan tu vuelta al despacho, correos electrónicos por abrir (y pendientes de responder), asuntos que no acabaste antes de verano, etc. Todo ello en una larga lista de acciones, aparentemente imposible de asumir.
Se escribe mucho sobre como superar este estrés post-vacaciones. Historias sobre buenos propósitos, cuidarse, transformarse en un nuevo yo, más feliz y saludable, reservar tiempo para el buen descanso, tener momentos para uno mismo, para la familia y los amigos, etc. Bueno, este es un tema que ya traté en un artículo previo.
Dicho esto, ¿existe realmente la depresión post-vacacional?
Resulta algo chocante que las voces mejor posicionadas de la psiquiatría y la psicología sean, como mínimo, escépticas. De hecho, muchos expertos afirman que la depresión post-vacacional es una invención, una ficción que nunca será tratada en una revista médica seria.
Lo que está pasando con este fenómeno es probablemente una evidencia de la llamada “promoción de enfermedades”; expresión introducida en la literatura médica, que hace referencia a los esfuerzos de algunos mercados para llamar la atención sobre ciertos trastornos, a menudo inofensivos para la salud, con la única finalidad de hacer más negocio.
De todos modos, volver al trabajo puede no ser lo que más te guste del mundo, pero me parece indecente considerar la melancolía post-vacaciones como un trastorno que no pueda superarse con la simple aceptación de lo que nos ofrecen las vacaciones y de cuán valiosa es nuestra vida cotidiana.
Quizás tu vida sea terrible. De acuerdo. Si las vacaciones te han ayudado a tomar consciencia de que eres irremediablemente infeliz, con una intensidad tal que te hace imposible esperar a cambiar radicalmente tu vida, entonces, la buena noticia es que este sentimiento no es un hecho aislado.
Definitivamente, si te sientes así, esta pesadumbre que te invade puede también conducirte a la felicidad. Tómala como una oportunidad de cambio de vida, pero date unos días antes de dimitir del trabajo o de cortar con tu pareja. Podrías lamentarlo si no lo preparas y lo haces bruscamente.
Si en cambio, no vives tal catarsis, pero experimentas cierta desgana por las cosas, considera que todos vamos al trabajo a trabajar, a cumplir con las expectativas que muchos tienen depositadas en nosotros; los trabajadores, compañeros, clientes y muchas otras partes interesadas, las cuales, en general, no están para hacer grandes concesiones. En otras palabras, esperan tu granito de arena en la cadena de valor.
Todo esto va de la creación de valor y, de hecho, como dice mi profesor de INSEAD Prof. Kevin Kaiser, la creación de valor no es distribuir más dividendos o ganar más dinero o reducir costes o aumentar el margen neto de una empresa, no. La creación de valor es la generación de más felicidad, para ti y para tu entorno.
Así como hay periodos de estrés que se mantienen en la parte subconsciente de nuestro cerebro, como los exámenes universitarios, también hay otros que permanecen en nosotros por su aspecto positivo, por la felicidad creada, por la emoción de una nueva aventura. El secreto está en aprovechar esta inercia que permanece guardada como un tesoro de nuestro subconsciente.
La temporada que comienza después del verano, ya desde cuando íbamos a la escuela, está marcada en nuestras vidas como un nuevo comienzo, como un periodo lleno de futuros retos, que requiere más energía de cada uno de nosotros.
La vuelta al trabajo puede beneficiarse de este impulso para atreverse con nuevos proyectos, personales y profesionales. Márcate retos en el trabajo. Sé inconformista, persigue nuevos objetivos.
La decisión de continuar con la ficción de la depresión post-vacaciones o abrazar la nueva oportunidad de perseguir nuestros sueños, corresponde a cada uno de nosotros.
Nuestra energía es la herramienta más potente para motivar nuestro equipo con aire fresco. Mira la parte positiva. A lo largo del día sin duda que experimentas cosas positivas.
Sé positivo. Recuerda la importancia de ser agradecido. Agradecido a las vacaciones, agradecido por tu vida, agradecido a tus seres queridos y agradecido por tener un trabajo.
Mira el lado positivo del trabajo.
Mantente positivo e intenta conectar con tu presente. Este es el único lugar donde puedes ser feliz.
¡Que tengas una espléndida vuelta al trabajo!
Josep-Maria
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